miércoles, 16 de febrero de 2011

Tiempos de Sanación

Ho´oponopono
El Perdón, El Amor y la Gratitud son las palabras claves de un método antiguo de sanación hawaiano llamado Ho'oponopono.
En hawaiano, significa corregir o rectificar un error y conectarse con la Divinidad.
Ho´oponopono es un regalo profundo que nos permite desarrollar una relación con la divinidad que existe dentro de nosotros.

El Ho'oponopono es un proceso de contrición, arrepentimiento y perdón. Consiste en pedirle a la divinidad, al amor universal, que transmute y reemplace las energías tóxicas que puedan hallarse en uno mismo y que influyen en el mundo que nos rodea.

El Dr.  Ihaleakala Hew Len, quien ha llevado este conocimiento al mundo occidental moderno, señala que es una técnica muy sencilla que nos permite colocar nuevamente nuestra página vivencial en blanco, con el uso de las palabras:
Lo Siento, Perdóname, Te Amo, Gracias.
A mí me parece hermoso, por lo sencillo y profundo.

El Ho'oponopono parte del principio de que todos hemos contribuido de alguna u otra manera a lo que estamos viviendo.  Ya sabemos sobre el poder del pensamiento y las emociones para crear nuestra realidad. Partimos del principio de que hemos creado algo al aceptar que es posible, al atraerlo con la fe o el temor, o con nuestras acciones. Entonces, pedimos perdón por cualquier cosa que esté en nosotros que haya atraído esa situación que queremos cambiar. Pedimos a la divinidad que disuelva, en nosotros, el origen de la situación; no importa buscar el "porqué", sino pedir que lo disuelvan. Luego, perdonamos a cualquiera que esté involucrado, incluyéndonos.

Para lograr un cambio externo, primero hay que hacer un cambio interno. Es potente pedir que se disuelva primero en nosotros las causas de lo desfavorable.

Si hemos contribuido a una situación desagradable, también tenemos entonces el poder para crear lo contrario. Esto es retomar el poder que tenemos como hijos de Dios que somos para ir cambiando nuestras vidas; sobre todo si "trabajamos" con la divinidad. "Yo todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

Luego del perdón, el amor es la máxima energía de sanación, que llena el espacio donde estaba el resentimiento y el rechazo a las personas y a la situación. Como han dicho todos los grandes maestros del mundo, el amor es el máximo estado de libertad, de bienestar, de comunión con la divinidad.

¿Qué nos queda entonces? Dar las gracias. La gratitud cuando se practica antes de ver los resultados es un acto de fe. Te agradezco de antemano porque sé que ya está dado. Gracias también implica aceptación de que el cambio viene de Dios, de la gracia divina, de nuestro Ser Superior o Conciencia Crística.

En una situación problemática con alguien, podemos decirle mentalmente: Lo siento, te amo, gracias. Perdóname Padre, lléname de tu amor, gracias.

Estas son las palabras mágicas que debemos enseñarle a nuestros niñitos. Si las usamos todos los días con ellos y las decimos de corazón, seguro crearán magia en ellos, y en nosotros, claro.

Dios pido perdón por haber contribuido a la contaminación de mi planeta y a todo lo que no me gusta en mi país. Lléname de amor para poder transmitirlo. Te doy las gracias.

Extraido del Internet


sábado, 29 de enero de 2011


 
El Sol y La Luna

Cuando El Sol y La Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor.
Sucede que el mundo aún no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque final… el brillo!
Quedó decidido también que El Sol iluminaría al día y La Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados.
Les invadió una gran tristeza, cuando se dieron cuenta que nunca mas se encontrarían…
La Luna fue quedándose cada vez mas angustiada. A pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose solitaria.
El Sol a su vez, había ganado un título de nobleza “Astro Rey”, pero eso tampoco le hizo feliz.
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: No debéis estar tristes, ambos ahora poseéis un brillo propio.
Tú Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías.
En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título porque serás el mas importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionarás calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas mas felices.
La Luna se entristeció mucho mas con su terrible destino y lloró amargamente… y El Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podía dejarse abatir mas, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido.
Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Dios: Señor, ayuda a La Luna por favor, es mas frágil que yo, no soportará la soledad… y Dios… en su inmensa bondad… creo entonces las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.
Hoy, ambos viven así… separados, El Sol finge ser feliz, y La Luna no consigue disimular su tristeza.
El Sol arde de pasión por La Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza.
Dicen que la orden de Dios era que La Luna debería ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió… porque es mujer, y la mujer tiene fases. Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante y cuando es menguante ni siquiera es posible apreciar su brillo.
Luna y Sol siguen su destino. Él solitario pero fuerte; Ella, acompañada de estrellas, pero débil. Los hombres intentan constantemente conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto solos. Nadie jamás realmente consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de La Luna y El Sol… Fue entonces que Él creó el Eclipse.
Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueran concedidos y que tanto cuesta, sucedan.
Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que El Sol cubre La Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de Eclipse.
Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.

Tomado de: Sendero Espiritual